FAMILIA Y ENTORNO

INTRODUCCIÓN

El entorno y las personas que rodean a los padres en los dolorosos primeros momentos tras recibir la noticia de la muerte de su hijo son parte muy importante de su experiencia vital. Durante los primeros días o semanas tras la pérdida del bebé es frecuente que el entorno quiera arropar y consolar a la madre gestante y a su pareja. Sin embargo, este apoyo es temporal y, en muchos casos, no es suficiente. Aunque el ofrecimiento y disposición sea reales, hay que tener en cuenta que en esos momentos la persona que está en duelo no tiene voluntad ni fuerza para pedir ayuda, por lo que posiblemente necesitan que sean los demás quienes tomen la iniciativa. Aun con todo, es lógico pensar que las personas del entorno tengan que continuar con sus rutinas y obligaciones, es decir, con sus vidas, y en consecuencia dosificando cada vez más las atenciones a quienes han sufrido la pérdida. 

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Hay que tener en cuenta que adaptarse a la pérdida supone una reorganización, a corto y a largo plazo, en la que el duelo de los familiares y los duelos individuales de los padres se influyen recíprocamente. Es decir, el cómo esté viviendo su proceso cada miembro de la familia de manera individual va a favorecer o entorpecer la relación familiar; y a su vez, aspectos relacionados con la estructura del sistema familiar o la calidad de la comunicación y del apoyo entre las personas que la componen, también favorecerá o entorpecerá el desarrollo del duelo individual.

HERMANOS

En caso de que haya hermanos, estos sufren también la pérdida, y muchas veces sin quererlo quedan relegados del proceso de duelo de los adultos. Su reacción depende de la edad, el género, la personalidad, la cultura y religión familiares… 

Lo que es importante es que el niño perciba que los padres le dedican tiempo y que lo tienen en cuenta. De hecho, esta sensación es mucho más necesaria que entender lo que le están diciendo. Sentir que se le tiene en cuenta le hace sentirse cerca y que forma parte de la familia (él también ha perdido a su hermano y necesita despedirse). Y sobre todo es importante que los otros familiares sepan de qué manera se le ha explicado la pérdida para seguir en la misma línea, ya que la coherencia es básica para que perciba un único mensaje. 

Más información sobre cómo viven el duelo los niños aquí.

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ABUELOS

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Una pérdida perinatal hace sufrir a los abuelos doblemente: por el nieto perdido y por el hijo en duelo. Incluso en algunos casos pueden aparecer en ellos deseos de sustituir al nieto perdido, al que ven como una vida desperdiciada frente a la suya, ya vivida.

Es esperable que los abuelos quieran colaborar en todo lo posible en su afán por ayudar a mitigar el dolor que están sufriendo los padres, pero no deberían tomar decisiones por sus hijos sin su autorización; sin embargo, pueden ser de gran ayuda por ejemplo en las tareas domésticas, en el cuidado de otros nietos o en cualquier otro aspecto que los padres soliciten.

OTROS FAMILIARES Y AMIGOS

Los otros familiares y los amigos pueden constituir un pilar de apoyo importante pero también pueden ser causantes de más dolor, aunque no sea su intención. Amigos, parientes y/o compañeros de trabajo pueden sentirse incómodos por la situación e inseguros por no saber qué decir. Aún sin entender la magnitud del sufrimiento y con la necesidad de “tener que ayudar”, muchas veces buscan acelerar el consuelo con frases hechas, o clichés que suelen provocar más dolor, desconcierto o indignación a los padres

A continuación se muestran algunos ejemplos de frases que se deben evitar decir por causar más dolor y algunas frases que pueden proporcionar un poco de consuelo a los padres tras la pérdida:

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  • “Imagino que quieres mucho a tu bebé, la pena debe ser muy grande”
  • “Imagino que el dolor debe ser inmenso”
  • “Siento mucho lo que os ha pasado”
  • “La verdad es que no sé muy bien qué decir”
  • “¿Cómo se llamaba vuestro hijo?”
  • “Me imagino cuánto querrían a ese bebé” 
  • “No me molesta que lloréis”
  • “Tenéis un bebé precioso” 
  • “Hubiera deseado que las cosas acabaran de forma diferente”
  • “La vida sigue…”
  • “Dios lo ha querido así…”
  • “Tienes otros hijos…”
  • “Eres joven”
  • “Tienes una vida por delante”
  • “Peor hubiera sido que pasara en casa”
  • “Tienes que ser fuerte por…”
  • “Se van los buenos…”
  • “Es un ángel en el cielo”
  • “Puedes tener otro bebé…”
  • “Es mejor que haya sido así”
  • “Si tenía que pasar, mejor que fuera pronto”
  • “El tiempo lo cura todo”
  • “Piensa que aún no había nacido”
  • “Todo ocurre por algo”
  • “Si no era de ser, mejor ahora”
  • “Para estar enfermo mejor así”
  • “Aún no era persona”
  • “Para venir mal mejor que no llegara”
  • “Ya tendrás otro”

El entorno es uno de los factores más complejos que habrá que enfrentar y saber llevar durante el duelo, ya que interfiere en la adaptación de los padres a su nueva situación y repercute en su estado emocional.

SABER MÁS

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