VUELTA AL DÍA A DÍA

INTRODUCCIÓN

No es nada fácil seguir adelante después de la muerte de un hijo; es más, parece imposible. Sin embargo, es necesario seguir adelante aunque el dolor de la pérdida haga que todo lo cotidiano resulte más difícil y pesado. Tras la pérdida hay un tiempo en que uno se mantiene paralizado por la pena y poco a poco, pasados unos días, empieza el sufrimiento al ver que la vida continúa. 

La incorporación de nuevo al día a día supone un esfuerzo sobrehumano pero volver a las ocupaciones diarias (ir a la compra, hacer gestiones de la casa, llevar a los otros hermanos al colegio…) es algo necesario que puede ayudar a tolerar mejor el dolor.

En cuanto al cuándo y cómo hay que volver a retomar el día a día, no hay unos tiempos predeterminados, sino que cada persona debe marcarse los suyos poniéndonos metas cercanas. Es bueno tener en cuenta que: 

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TOMARSE UN TIEMPO Y EMPEZAR POCO A POCO

Antes de reincorporarse es importante tener un tiempo para reponerse del golpe emocional sufrido, aunque se crea que no es necesario. Durante este tiempo, puede ser útil permitir que nos acompañen las personas que nos quieren y nos rodean: la pareja y los otros hijos (si los hay), los padres, los amigos más íntimos o conocidos del entorno… Tras lo vivido es más recomendable no volver de “golpe” a todas las actividades y adaptar la vuelta al día a día según las circunstancias de cada persona.

Otro aspecto a tener en cuenta, es que cuando se sufre la pérdida de un hijo, la vida de los padres se transforma y puede cobrar otro sentido. Este hecho condiciona la toma de decisiones a partir de ese momento. 

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SENSACIÓN DE RETROCESO

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Es posible que después de que hayan transcurrido algunas semanas (o incluso meses) puede parecer que se está algo mejor, y sin embargo de pronto sentir que se retrocede en el estado de ánimo. Cuando esto ocurre, si se puede, sería bueno tomarse un espacio y descansar en la propia intimidad para llorar y desahogarse. Otras estrategias pueden ser: concentrarse en la respiración para que la angustia de la ausencia no aumente más, buscar estímulos en la realidad que nos rodea en ese instante, tener un pensamiento de deseo y de recuerdo para que pase la sensación de vértigo y de vacío, compartir esos momentos con alguien que realmente nos comprenda…

Existen momentos intensos cuando el recuerdo llega sin llamarlo e irrumpe produciendo un duro golpe que paraliza. Aunque parezca imposible, dejar que esos momentos ocurran es necesario para transitar correctamente en el proceso de duelo.

LUGARES IMPORTANTES Y RECUERDOS INTENSOS

La vuelta al día a día está llena de recuerdos y que remarcan la ausencia, porque cada momento de la rutina recuerda que no está y eso duele intensamente. Sobre todo durante el primer año el dolor es más punzante, y se va suavizando con el paso del tiempo

El hospital, por haber sido uno de los lugares donde se ha vivido mayor dolor en relación a la pérdida, resulta un lugar muy difícil de enfrentar. Sin embargo, el hospital es un lugar al que probablemente haya que volver, ya sea por razones relacionadas con la propia pérdida o por otros motivos. Por otro lado, tanto del hospital como de otros lugares, se tienen recuerdos positivos (como el haber podido conocer al hijo) y estos son los que no se deben olvidar

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Otras veces no es un lugar concreto el que produce dolor, sino una situación que puede producirse en cualquier lugar; y el temor a encontrarla puede llevar al aislamiento. Hay que tener en cuenta que el dolor es inevitable y a veces es necesario ponerse de cara a los recuerdos para dejar que el desahogo nos ayude a seguir

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